generosidad

 

 

 Cuando estuve en Chile, decidí hacer realidad un sueño que tenía hace mucho...aprender a tejer a telar.

Preguntando por aquí y por allá, descubrí una mercería y sus clases.

(si mal no recuerdo se llama "Doña Emilia").

Podría hablar una eternidad de la experiencia del taller, de la profe que fue maravillosa al explicarme una y otra vez el proyecto que me tenía ocupada, como del grupo de mujeres, sus ideas, sus historias, sus manos tejedoras, hablar de cada uno de los proyectos que ví, de las risas...lo pase tan bien!!!! me encantaba alejarme del mundanal ruido, y entrar a ese rinconcito en qué todo se olvida, lo malo queda aparcado un ratito, y te sumas a la creación, a lo femenino,a lo personal, a la generosidad, a la compañía...

Seguro volveré,  mil gracias!